29 de octubre de 2009

CAMILLE PISSARRO ACONSEJA A SU HIJO LUCIEN

CAMILLE PISSARRO ( 1830 - 1903)




Camille Pissarro, BOULEVARD MONTMARTRE, 215 x 35 (1897)


LUCIEN PISSARRO (1863 - 1944)


Lucien Pissarro, HIGH VIEW, FISH POND, (1915)



El deber de todo padre es alentar al hijo para que salga adelante en la vida. Para realizar esta tarea no habrá horario, ni límite de ninguna naturaleza. 

Cuántos hijos han perdido a su padre y se han quedado con el remordimiento de no haber acudido con más frecuencia a él -su más desinteresado, si no único amigo - en busca de consejo, aliento y aplauso que otros no están dispuestos a dar. 

Un caso emblemático de padre que animó a su hijo a no desmayar en la lucha de la vida es el del genial pintor impresionista Camille Pissarro (1830 - 1903) con su hijo mayor Lucien Pissarro (1863 - 1944). Gracias al terco apoyo recibido, Lucien llegó a convertirse en un pintor y grabador de gran calidad con pinturas suyas en la afamada Tate Gallery de Londres.

Lucien vivió y trabajó la mayor parte de su vida en Inglaterra. Tal vez la razón que lo indujo a dejar Francia fue el deseo que su trabajo no fuera comparado con el de su padre, como suele ser el caso en las distintas manifestaciones del arte. Como fuere, lo cierto es que existe abundante correspondencia entre ambos que acredita que de no ser por la constancia de Camille Pissarro su hijo habría abandonado sus estudios de arte para convertirse en un comerciante, exitoso tal vez, pero con el alma quebrado.

A continuación cito algunas frases del padre a su hijo, recogidas de la abundante correspondencia entre ellos, las mismas que siempre se inician con: Mi querido Lucien:

Osny, 24 de mayo de 1883

... No es sino dibujando mucho, de todo, y sin parar, que un buen día uno se sorprende habiendo encontrado la manera de lograr una cosa con su carácter propio. No hay que desesperar...

Osny, 5 de julio de 1883

...¿Dibujas? - no pierdas tu tiempo. Trata de hacer progresos, acuérdate de los dibujos que copiaste de Holbein, es el verdadero maestro. No hacer bonitos trazos de habilidad, atenerse a la simplicidad, a las grandes líneas que hacen la fisonomía. Acercarse más bien a la caricatura que a lo bonito...

Rouen, 11 de octubre de 1883

...Tu sabes que para llegar es preciso trabajar duro. Aprovecha mientras estés libre en Londres de no pensar más que en eso. ¿Qué sabemos si durará? Mucho dibujo, mucho y mucho -acuérdate de Degas-. Si puedes copiar los primitivos, no faltan pinturas en la National Gallery, los egipcios, los Holbein. Pinta academias. Nada de debilidad con el pretexto de que no te atreves en público.

...Aquí viene el sol, te dejo, hasta pronto.

Rouen, 31 de octubre de 1883

...Vale más vender a precios bajos durante un cierto tiempo, y aparte es más fácil, sobre todo cuando es algo bueno y original, y avanzar poco a poco, como nos ocurre a todos...

9 de diciembre de 1883

Tienes que aferrarte al dibujo. Por el momento, buscar sólo la cosa misma; después, cuando sepas más, si tienes lo que hace falta, encontrará tu estilo...

Osny, 22 de enero de 1884

... No te dejes enviciar por la facilidad de los principiantes, a menudo es un obstáculo para más adelante. Mejor si te cuesta hacer cualquier cosa, tendrás que penar el doble y eso te hará más fuerte. Los que tienen facilidad hacen menos progresos porque hacen las cosas bien de entrada, y a la ligera, sin profundizar... no te dejes llevar por la facilidad.

Éragny, 12 de diciembre de 1890

...Estoy verdaderamente sorprendido de que escribas en ese tono de desaliento que nos trae tantas escena aquí (la madre de Lucien se oponía a que fuera pintor). Si ya te desanimas, no harás nada bueno en Londres. Sabe pues, de una buena vez por todas, que hasta el último momento hay que estar seguro de triunfar, ¡sin eso, nada se consigue! Lo mismo en todo, en el comercio como en el arte.¡¡¡Quien duda está perdido de antemano!!! -Cuántas veces te he dicho que cuando se quiere, se puede; pero no hay que dejarse estar-.

París, 13 de mayo de 1891

...Me entero con alegría que has empezado un cuadro en el atelier. Herrando se hace el herrero...





28 de octubre de 2009

LAS CASAS EDITORIALES Y SUS CONCURSOS LITERARIOS



Una pregunta suelta. ¿Qué daño le hace a las editoriales internacionales que año tras año convocan a concursos literarios indicar al público quienes ocuparon los primeros cinco o diez puestos? Es de suponer que cuando participan 300 y con mayor razón más de 500 novelas, deben haber algunas que son rescatables y merecen ser publicadas si no por la editorial convocadora entonces por otra.

¿Qué hay de malo en esto? Tal vez sin quererlo le hagan una gran bien a la literatura. Vamos, señores, no sean mezquinos. No todo es dinero, ¿eh? No todo es obtener pingües ganancias de la venta de centenares de miles de textos escolares (matemáticas, historia etc.) a los ministerios de educación de los países latinoamericanos. Quizás, algún día, ese tercerón o décimo finalista acudirá a ustedes con una novela que además de tener calidad literaria se venda como helado en El Sahara. Piénsenlo, señores editoriales. Les conviene.

Ahora, si es verdad aquel rumor que los jurados sólo leen una novela -la ganadora- entonces esta invocación habrá sido en vano: tiempo perdido para los ingenuos que año tras año acudimos a sus convocatorias.

WILLIAM FAULKNER: DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1949





Creo que este honor no se confiere a mi persona sino a mi obra, la obra de toda una vida en la agonía y vicisitudes del espíritu humano, no por gloria ni en absoluto por lucro sino por crear de los elementos del espíritu humano algo que no existía. De manera que esta distinción es mía solo en calidad de depósito. No será difícil encontrar, para la parte monetaria que entraña, un destino acorde con los elevados propósitos de su origen.

Pero también me gustaría hacer lo mismo con el renombre, aprovechando este momento como pináculo desde el cual me escuchen los hombres y mujeres jóvenes que se dedican a la misma lucha y afanes entre los cuales ya hay uno que algún día se parará aquí donde yo estoy.

Nuestra tragedia actual es un temor general en todo el mundo, sufrido por tan largo tiempo que ya hemos aprendido a soportarlo. Ya no existen problemas del espíritu; sólo queda esta interrogante: ¿Cuándo estallaré? A causa de ella, el escritor o escritora joven de hoy ha olvidado los problemas de los sentimientos contradictorios del corazón humano, que por sí solos pueden ser tema de buena literatura, ya que únicamente sobre ellos vale la pena de escribir y justifican la agonía y los afanes.

Ese escritor joven debe compenetrarse nuevamente de ellos. Aprender que la máxima debilidad es sentirse temeroso; y después de aprenderlo olvidar ese temor para siempre, no dejar lugar en su arsenal de escritor sino para las antiguas verdades y realidades del corazón, las eternas verdades universales sin las cuales toda historia es efímera y predestinada al fracaso: amor y honor, piedad y orgullo, compasión y sacrificio.

Mientras no lo haga así continuará trabajando bajo una maldición. No escribirá de amor sino de sensualidad, de derrotas en que nadie pierde nada de valor, de victorias sin esperanzas y, lo peor de todo, sin piedad ni compasión. Sus penas no serán penas universales y no dejarán huella. No escribirá acerca del corazón sino de las glándulas.

Mientras no capte de nuevo estas cosas, continuará escribiendo como si estuviera entre los hombres sólo observando el fin de la Humanidad. Yo rehúso aceptar el fin de la Humanidad.

Es fácil decir que el hombre es inmortal porque perdurará; que cuando haya sonado la última clarinada de la destrucción y su eco se haya apagado entre las últimas rocas inservibles que deja la marea y que enrojecen los rayos del crepúsculo, aun entonces se escuchará otro sonido: el de su voz débil e inextinguible todavía hablando.

También me niego a aceptar esto.

Creo que el hombre no perdurará simplemente sino que prevalecerá. Creo que es inmortal no por ser la única criatura que tiene voz inextinguible sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión, de sacrificio y de perseverancia.

El deber del poeta y del escritor es escribir sobre estos atributos. Ambos tienen el privilegio de ayudar al hombre a perseverar, exaltando su corazón, recordándole el ánimo y el honor, la esperanza y el orgullo, la compasión, la piedad y el sacrificio que han sido la gloria de su pasado.

La voz del poeta no debe relatar simplemente la historia del hombre, puede servirle de apoyo, ser una de las columnas que lo sostengan para perseverar y prevalecer.




GONZALO MARIÁTEGUI - ACTION PAINTING

"The end", acrílico sobre lienzo, 150 x 148 cm.



"El gran ballet", acrílico sobre lienzo, 150 x 300 cm.



"Tormenta en el totoral", acrílico sobre lienzo, 150 x 300m.



"Rojo y negro", esmalte sobre banner, 170 x 170 cm.



"Naranja, amarillo y negro", esmalte sobre banner, 170 x 170 cm



"Himno a Marie Therese", esmalte sobre tela, 153 x 183 cm



"Génesis", esmalte sobre banner, 170 x 160 cm.



"Galaxy", acrílico sobre lienzo, 150 x 170 cm.



"Encuentro", esmalte sobre lienzo, 156 x 156 cm.



"Estallido de amor", acrílico sobre lienzo, 170 x 150 cm.


"Fuego y humo", esmalte sobre banner, 170 x 160 cm.


"El jacarandá", esmalte sobre banner, 180x150 cm.

"Ceremonia tribal", esmalte sobre lienzo, 164 x 153 cm.


"Catedral gótica", esmalte sobre banner, 200 x 150 cm.

"Carnaval", acrílico sobre banner, 150 x 150 cm.



"Canto al cielo", esmalte sobre banner, 170 x 170 cm.


"Ausencia", acrílico sobre lienzo, 170 x 150 cm.



"Allegro", esmalte sobre lienzo, 150 x 200 cm.

Los cuadros que preceden constituyen la muestra individual que el 3 de julio de 2007 el artista peruano Gonzalo Mariátegui, presentó en la galería de arte de la Unifé (Av. Los Frutales, 954 Camacho, La Molina).

La exhibición constó de trabajos inéditos de gran formato, ejecutados en las técnicas de óleo esmalte y acrílico, dentro de la corriente abstracta denominada el Action Painting (pintura acción) que se inició en la llamada Escuela de Nueva York.

Mariátegui mediante bruscos y espontáneos movimientos de su cuerpo esparce el pigmento líquido con distintos espesores y mediante diversos medios de expulsión inventados por él para lograr efectos inesperados. Gonzalo Mariátegui, además de ser un artista nato, ha estudiado en varios talleres de arte, llegando a dominar las técnicas del dibujo, grabado, serigrafía, litografía, cerámica y óleo.
Adicionalmente a su actividad plástica, Mariátegui cultiva la narrativa. Tiene en su haber tres libros de cuentos, así como dos novelas: "La virtud de Alexandra" y, recientemente, "Wenceslao", los mismos que han merecido el reconocimiento de críticos y lectores.




24 de octubre de 2009

MIGUEL BRENNER : ARTISTA PINTOR MÁGICO













Una importante muestra pictórica viene engalanando la Sala Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores. Se trata de la obra del pintor peruano Miguel Brenner.

La muestra titulada “Visiones mágicas. Retrospectiva 1979-2009”, que va hasta el 31 de octubre, servirá para conmemorar sus primeros treinta de años de actividad plástica. Para tal ocasión Brenner ha reunido una veintena de sus cuadros más representativos, realizados en gran formato y en las técnicas del óleo y el acrílico.

Dueño de una sólida formación artística, desarrollada primero en los talleres de la Escuela de Bellas Artes del Perú y luego en las capitales principales de Europa, Miguel Brenner se ha convertido en un auténtico valor de la plástica nacional.

No deja de asombrar la manera que modela las figuras a su antojo para crear universos paralelos, llenos de magia y equilibrio, produciendo una belleza de la cual es difícil escapar de su hechizo.

Para los que hemos venido siguiendo la evolución de su obra durante estas tres decádas podemos afirmar que la calidad de su pintura continúa en ascenso y auguramos que aún quedan muchas sorpresas gratas, tanto para él, como artista que es, como para el público que concurre a las galerías.

El lienzo titulado "Otorongo azul" y que figura en este post es de enormes proporciones y singular belleza.

No perdamos la oportunidad de visitar esta muestra.

Hasta el 31 de octubre de 2009.



Sala Luis Miró Quesada Garland.
Esquina de la Av. Larco con Diez Canseco, Miraflores.
Horario: de lunes a viernes de 10 a.m. a 10 p.m. Sábado y domingo de 10 a.m a 8 p.m.


Ingreso libre

NOVELA - " LA VIRTUD DE ALEXANDRA" DE GONZALO MARIÁTEGUI


Texto correspondiente al inicio de la novela erótica "La virtud de Alexandra" (Lima, 2003) de Gonzalo Mariátegui.



Mi nombre es Alexandra, Alexandra Collado. Mis amistades me llaman Alex. Soy lesbiana. Sí, ha leído correcto. ¿Por qué habría de esconder mi real naturaleza? Sería ridículo. He sido lesbiana desde mi más tierna infancia; lo cual no significa que en el curso de mi vida no haya tenido trato carnal con hombres y que no haya derivado placer de la cópula con ellos. Por el contrario, he disfrutado de interesantes episodios, pero pocos han quedado en mi memoria.

También puedo afirmar que jamás he recibido de algún hombre una palabra de queja o un gesto de desilusión. Siempre me han encontrado más hembra que cualquiera de las que han conocido en la llamada relación heterosexual. Mis cópulas con varones han sido infrecuentes y rara vez buscadas por mí. Ante sus intentos de seducción siempre me las he arreglado para quitarles el cuerpo. Es que, en cuanto a hombres, yo no soy trofeo, soy rival.

Por naturaleza y vocación soy lesbiana y el hecho de haber tenido eventuales encuentros amorosos con hombres no me hace sentir bisexual en absoluto. Repito, soy lesbiana y si alguna vez me toca compartir una isla abandonada con la sola compañía de otra mujer, desde ahora considero aquella situación como sinónima de la felicidad perfecta; especialmente si tengo que conquistarla, engañarla y sutilmente lograr que acepte adherirse a mi elección por su libre albedrío. Pero si a pesar de todas mis caricias, lamentos, ruegos y encantos aún se resiste, entonces la tomaré a la fuerza con mayor furia de la que despliegan los hombres para imponer sus protervos apetitos. Desde luego la deseada terminará por abrazar mi propuesta, pues nadie mejor que una mujer sabe lo que otra mujer quiere y requiere.

Sin vacilación puedo afirmar que siempre he alcanzado mayor goce sexual cuando he entregado mi intimidad a otra persona de mi propio sexo y que para conquistar a la mujer que se me antoje, no me detengo ante ningún escrúpulo, pues en todo momento estoy dispuesta a recurrir a cualquier ardid o a soportar cualquier sacrificio, aunque esto signifique ponerme a riesgo. Total, ¿qué es más importante que el triunfo?

Lo que sigue es primordialmente mi historia y en buena medida la de mi familia, y nada de lo que aquí relato me avergüenza. Tal vez porque el dinero me ha salvado de cualquier turbación de ánimo cuando he efectuado lo que la gente minúscula califica de conducta inmoral, depravada, contranatural.

Pero comencemos por el inicio, que siempre es el mejor lugar, por las raíces que precedieron mi existencia, para luego seguir por el ambiente de opulencia en que crecí, me desenvolví como adulta, así como la corte de amistades que alegró mi vida hasta llegar al momento en que desaparecí del circuito social –a los veintiséis años de edad- en el cenit de mi belleza y empuje sexual y cuando todo ya había concluido.

Para lograr mi propósito recurriré a recuerdos, al testimonio que recibí de terceros de toda mi confianza y a la información que he podido extraer del diario del doctor Bruno Bianchi, personaje enigmático y anotador meticuloso de todo lo que ocurría al interior de la familia Collado.

A continuación procederé a relatar los que considero fueron los episodios más interesantes y borrascosos de mi vida y de mi familia. Es inevitable que para el final de este libro ustedes se hayan formado un juicio de mi persona y los míos, así como de las alegrías y las tribulaciones que nos tocó experimentar en el curso de nuestra existencia, teñida de maravillosa e incomparable sexualidad.


22 de octubre de 2009

CUENTO: " PAS DE DEUX " DE GONZALO MARIÁTEGUI




Salvo por las zapatillas de ballet, Danitza está desnuda. Y caminando con el candor de una bailarina aún en capullo, se aproxima a la ventana cerrada de la habitación cargada de humedad. Tan pronto sus manos se posan sobre el alféizar cual confiadas palomas, la niña presiona la nariz contra la jironada cortina y con inquietos ojos brunos confirma, desde el segundo piso del edificio en abandono, la soledad del callejón; en la última hora del atardecer.

La niña gira, toma posición y ejecutando una precisa pirueta queda ubicada en el centro del sombrío cuarto; separa los pies; echa la cabeza para atrás; abre las manitas y levanta los brazos, estirándolos hasta doler, como intentando alcanzar el cielo; luego se endereza y sin doblar las rodillas, doce veces toca el piso con las palmas.

Danitza toma aire y dando otro armonioso salto desciende sobre el borde del camastro solitario. Tan pronto los flejes cesan de crujir, apoya las yemas de los dedos sobre las rodillas y empieza a recitar sus versos favoritos en un esfuerzo por encontrar algún pliegue en el tiempo que le brinde refugio. Pero cuando una lágrima desborda y empieza a quemar su cobriza mejilla, la pequeña, de ligera pisada, corre hacia el baño. Entra, enciende la luz, corre el pestillo y a través de la niebla de sus ojos acuosos observa cómo tiembla su imagen en el espejo de cuerpo entero.

Con ojos y manos, y sin cesar de girar en puntas, Danitza comprueba en el reflejo del vidrio plateado la fuerza de sus piernas; la delgadez de su cuerpo; la dureza de sus largos brazos; la firmeza de sus nalgas; la precoz insinuación de senos; el magenta natural de sus labios; y el fulgor de su cabellera negra azul que le cae hasta la cintura. 

La niña se detiene; acuna los brazos como quien sostiene un ramo de rosas y sonriente, mirándose en la pecosa superficie del espejo que de manera lenta empieza a oscurecer, inclina la cabeza una y otra vez para agradecer los aplausos de su público.

De pronto, coces a la puerta.

— Danitza, abre — apremia con porfía don Eber, el sastre del barrio: el de rostro grisáceo, surcado de arrugas; el de ojos encapotados; el de garras áridas, venosas, callosas; el de uñas gruesas, opacas, filudas; el de aliento a aguardiente.

La puerta cede, una senda de luz se proyecta del baño tiñendo el piso de la húmeda habitación y Danitza - cabizbaja, con los brazos laxos a los costados - lentamente hace su ingreso en puntas.

— Aquí tienes para tus clases de baile — dice el sastre, de pie, desnudo, en tercera posición de ballet, brazo izquierdo arqueado en alto sobre la cabeza y el otro extendido hacia el flanco derecho a la altura del hombro, mientras, desde el hueco de esta mano, rugosos billetes caen al piso —. Yo siempre cumplo mi palabra.

— Yo también — contesta la niña, entre castañeteo de dientes; enhiesta, con el cuerpo empapado en sudor. 


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Nota 1: La ilustración corresponde a diferentes tomas de la escultura de Edgar Degas (1834-1917), titulada Petite danseuse de 14 ans [Pequeña bailarina de 14 años].

Nota 2: En Youtube figura la lectura del cuento Pas de deux por Gonzalo Mariátegui.


20 de octubre de 2009

TEATRO - SOLILOQUIO DE "LA TRAGEDIA DEL DR. FUERTES" DE GONZALO MARIÁTEGUI


El siguiente post corresponde al soliloquio que el tiránico Dr. Darío Fuertes (Director del OIR, (Oficina de Inteligencia Represiva) pronuncia al inicio de la obra teatral titulada "La tragedía del Dr. Fuertes" de un solo acto, del narrador y dramaturgo peruano Gonzalo Mariátegui que aún no ha sido puesta en escena. 




Escena I.- Lágrimas

(Escena sombría, fúnebre. 
Es la residencia del Dr. Fuertes)



Dr. Fuertes (Desde fuera. Furioso.)


¡Maldición!

(Entra en escena) 


¡Maldición! Despertar y encontrar estos faros nublados de tanto llorar. ¿Qué sorpresa traen los dioses en la fecha más importante de mi vida? ¿Acaso me han escogido para su diversión? ¿O tal vez pretenden interferir en mis designios?... Al diablo con las interrogantes, pues éstas son meras zancadillas; intrusas de último momento, enemigas de la acción. ¿Acaso no he pactado con la decisión y la confianza? Con ellas me basto para alcanzar el triunfo. Que los dioses queden advertidos que en esta fecha no me pararé en su tablero de juegos. Porque si el hombre nació para realizarse en un día, esta fecha me corresponde en exclusividad. Y no existe fuerza en los cielos o en la tierra que pueda impedir lo que esta noche he de hacer. (Transición) El común de los hombres actúa según los designios de otros. Pero yo no soy cualquier hombre. Solo mi voluntad ha determinado el curso de mis pasos. Mi tenacidad, me hizo Secretario de Demócrito, y ahora, con Leandro, soy Director de la Oficina de Inteligencia Represiva. Con gran facilidad he pasado de la democracia a la dictadura, pero es en la dictadura que me siento más cómodo. En pocas horas seré el hombre más poderoso de San Jerónimo. Sin embargo (Pausa) no encuentro forma de contener estas lágrimas ni razón que justifique la tristeza sobre las que vienen montadas. Hace mucho que la fatalidad me privó de familia, de sentimientos; quedando abandonado en el alta mar de la vida... Pero la fuerza de mis brazos me ha salvado de las sucesivas olas y de los remolinos que la existencia ha lanzado contra mí con el propósito de tragarme. Ahora fuerzas desconocidas pretenden ahogarme con el caudal de sus océanos. Aunque nada me duele, ni por dentro ni por fuera, mis ojos lloran con la porfía de un niño malcriado, ¿o desconsolado? Y en cuanto a mi alma, presiento con terror que pronto retornará. ¿Pero con qué motivo acontece todo esto? ¡Oh, lágrimas, perlas de escaso valor que ostras humanas arrojan con facilidad, sepan que nada significan para mí! Sois líquidos de poca sustancia, destinadas a perecer evaporadas en este pañuelo o en la manga de mi vestimenta, según sea mi antojo. (Sorprendido) De pronto una sombra cubre mi espíritu y me hace intuir que vuestro propósito es arrastrarme al más negro de los abismos para que mis enemigos den cuenta de mí... (Con voz seductora) Escuchen lágrimas: a cambio de ser cómplice de vuestro secreto, os premiaré generosamente. Que cada una pida lo que quiera. ¿Acaso son ustedes el pago anticipado de lo que ha de venir? (Agitado retrocede y con un brazo empuja seguidamente el aire en señal de rechazo.) No. No debo pensar así. A nadie le debo temor. Soy el Dr. Darío Fuertes: el brazo represor del gobierno, el mandamás de la Oficina de Inteligencia Represiva. La población de San Jerónimo tiembla a la sola mención de mi nombre y hace bien, porque ha visto con qué facilidad mi mano moldea el dolor, la mentira y la intriga. Incluso el Dictador de la isla es títere que responde al capricho de mis dedos, y aunque simulo cumplir sus órdenes, hago mi voluntad; de lo que infiero que es solo a mí mismo a quien debo temer... Mañana me es desconocido; pero hoy... el Destino ha depositado su índice en mi diestra para que disponga de cómo mejor me plazca... Y nada ni nadie podrán divorciarme de tan singular oportunidad. (Transición) Pero en verdad no tengo el recuerdo de haber llorado en mi vida y menos de haber sido trastornado alguna vez por aquello que el vulgo llama: penas de amor. Aunque Lucía... (Volviendo lentamente la cara, suspira) Si tan solo pudiera olvidar... 

(Se retira de escena)

19 de octubre de 2009

JULIO RAMÓN RIBEYRO - DECÁLOGO DEL CUENTISTA






1. El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector pueda a su vez contarlo.

2. La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real, debe parecer inventada, y si es inventada, real.

3. El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.

4. La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos, no existe como cuento.

5. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.

6. El cuento debe mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.

7. El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.

8. El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.

9. En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.

10. El cuento debe conducir, necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.

La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo he hecho. O aún mejor: inventar un nuevo decálogo. 

JULIO RAMÓN RIBEYRO

HORACIO QUIROGA - DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA









1.- Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.

2.- Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
3.- Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia

4.- Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

5.- No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

6.- Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: «Desde el río soplaba el viento frío», no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

7.- No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

8.- Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

9.- No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino

10.- No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.

HORACIO QUIROGA

DECÁLOGOS PARA CUENTISTAS



A continuación indicaremos los decálogos que dos ilustres narradores latinoamericanos han propuesto para los que pretenden escribir cuentos. 

Por orden de antigüedad señalaremos EL DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA del uruguayo HORACIO QUIROGA (1878 - 1937) y luego el DECÁLOGO DEL CUENTISTA del peruano JULIO RAMÓN RIBEYRO (1929 -1994). Del lector con ambición de cuentista dependerá si hace caso a uno u otro, a los dos o a ninguno. 

Recuerden que en el arte prima la libertad. La decisión es de ustedes.

15 de octubre de 2009

FRANCISCO BENDEZÚ (poeta homenajeado el 15-10-09)


Retrato del vale Francisco Bendezú pintado por Bruno Portugués



TWILIGHT
A Mercedes


Yo soy el granizo
que entra aullando
por tu pecho desquiciado.
Soy tu boca.
Yo atesoré a ras del sueño,
debajo de las horas,
el latido de tus pasos por el polvo de Santiago,
y tu densa fragancia de magnolia,
y tu lenta cabellera
con perfil de éxtasis o algas,
y el ardor fulmíneo de tus ojos, que de noche,
como naves sobre el mar,
la bruma iluminaban.
Como guijarros en la playa,
o nostálgicos boletos entre cintas y violetas olvidados,
enterré en mi corazón la línea de tu frente,
la piedra gastada de tus codos, tus sílabas nocturnas,
el fulgor de tus uñas, tus sonrisas,
la loca luz de tus sienes.
¿No sientes trasminar mi dolor a través de tu cuchara?
Mi memoria quedó tal vez en ti
como las ediciones vespertinas
en las bancas de los parques desahuciadas.
Tu sombra es mi tintero.
Juventud.
¡Juventud mía!
¿Qué tumbos socavaron
la torre más alta de mi vida?
¡No habrá nunca
hilo más puro
que tu larga mirada
desde lo alto de las escaleras,
ni lampo de poeta comparable
a la curva nevada de tus dientes!
Cantaba la mañana
en las pálidas cortinas y la hierba.
El tiempo cintilaba en tus vidrieras
como sólo una vez el tiempo parpadea.
Ya no estás entre las flores. Ni volverás
jamás a estarlo. ¿Qué tu amor sino labios
que escrituras en el viento fueron?
¡Yo quiero que me digan
si el amor, como los pájaros,
se va a morir al cielo!
Me acuerdo de una noche de trenzas y peldaños,
y óxido, y collares,
me acuerdo, como ayer, de lo futuro.
¡Quiero acuñar, como el otoño,
medallas en las calles,
o beberme llorando tu ausencia en los teléfonos,
o correr, correr a ciegas por
los tejados de todas las ciudades
hasta perderme para siempre o encontrarte!
¡Otra vuelta estar contigo!
¡Oh día de verano
extraviado en alta mar
como una mariposa!
Contra el flujo incoercible de los años
los días, uno a uno,
absurdamente buscan tu lámpara en las sombras,
no la penumbra, no el espejo de la muerte,
sino el cristal de la esperanza:
tu ventana que sólo está en la Tierra.
¡Aspersiones de ceniza para tu boca cerrada!
Otra vez tengo veinte años, y sonámbulo, y en llanto
a la puerta de tu casa estoy llamando,
al pie de tu reja, como antaño,
bajo la lluvia sin telón ni máscaras ni agua.
¡Oh zumbantes calendarios
que en vano el cierzo,
como a encinas,
deshojara!
¡No me digas que te quise! Te quiero.
Te debía este lamento, y aunque un grito
mi sangre apenas sea,
también te lo debía: un solo interminable
de un corazón en las tinieblas.


UN POEMA TODOS LOS QUINCE





El 15 de cada mes SIETEJERINGAS rendirá homenaje a un poeta, vivo o muerto, sin distinción de tema, género, nacionalidad o ideología. Los lectores no encontrarán ninguna referencia a premios u honores obtenidos o a las mezquindades que el vate homenajeado padeció o sigue padeciendo. Tampoco habrá indicación sobre cuales son sus poemarios principales. Esa tarea de investigación se la dejamos a ustedes.

Nuestro homenaje al poeta se limitará a la publicación de un poema suyo en la seguridad que lo que más le agradará -dondequiera se encuentre- es que sus palabras vuelvan a irrumpir en el aire.

Comenzaremos esta serie de homenajes con "Twilight" de Francisco "Paco" Bendezú (1928 - 2004).

14 de octubre de 2009

EL TRIUNFO DE UN ESCRITOR




¡Escribe, escritor, escribe! Escribe para cien lectores. Escribe para diez. Escribe aunque sea para uno solo. Escribe aunque ninguneen tu obra. Escribe lo que tu alma te exige escribir y no aquello que otros, por versados o poderosos que sean, te recomienden con el propósito de ganar dinero o complacer a los críticos.

Si logras tocar el alma de un lector, si logras que dedique horas de su única vida para leer tu libro, habrás triunfado. Entonces concluirás que las interminables horas que dedicaste a ese libro no fueron malgastadas.

Y si el mundo con sus mezquindades optara por enterrar tu obra, que no te importe, porque sabes que siempre has sido leal contigo mismo; y esa certidumbre será tu mayor triunfo.