28 de agosto de 2011

APRECIACIÓN DE "MADAME BOVARY" POR ÉMILE FAGUET

Hace unos días mientras buscaba algo nimio entre una ruma de papeles, encontré algo que juzgo de suma importancia. Se trata de un extracto del libro "Flaubert" escrito por Émile Faguet (1847 - 1916), literato francés, el cual, con una prosa sencilla y directa, valora la calidad literaria de “Madame Bovary” de Gustavo Flaubert. El artículo proviene del tomo VII del Columbia University Course in Literature (1928). Me he permitido traducirlo del inglés al español para deleite de nuestros lectores. En verdad se trata de una valoración extremadamente bien escrita y que puede servirles para un mejor entendimiento de la novela "Madame Bovary." En cuanto a la calidad de la traducción, ofrezco mis sinceras disculpas.



                                           Émile Faguet (1847 - 1916)


                                                                                    

    UNA APRECIACIÓN DE MADAME BOVARY   


                                       de "Flaubert" por Émile Faguet



La construcción de la obra es maravillosa. El autor ha encontrado un medio para introducirnos en la vida de un pequeño pueblo sin permitir que ninguna de las miles de imágenes en que nos lo muestra invada el personaje principal y desvíe nuestra atención de ella. Emma siempre ocupa el centro de la imagen, y nunca dejamos de verla y sentir su presencia, incluso cuando se trata de Tuvache o Binet (personajes secundarios de la novela). En este sentido, la presentación de la feria agrícola es una obra maestra, pero tomen nota que todas las escenas se realizan de una manera similar, y que no hay una que, aunque interesante de por sí misma, no nos lleve de vuelta al personaje central en el momento mismo en que parece que nos aleja de ella. En este sentido, el libro está encima de toda crítica, excepto tal vez por el prólogo, es decir, el primer matrimonio de Bovary, pero debemos recordar que debe quedar claro de cómo Bovary llegó a casarse con Emma. Una criatura sin iniciativa, que tuvo que ser arrastrado a un primer matrimonio por su madre. Sólo cuando es viudo, y puesto en libertad, por decirlo así, de este primer matrimonio que se atreve a escoger por sí mismo, y, sea dicho, con una buena dosis de ayuda en esta acción...

El tono general del libro es la de un escritor concienzudo, severo y distante. En primer lugar está el cuidado de establecer la verdad, con la exactitud más rigurosa e inatacable. Luego está el odio y el desprecio mostrado (demasiado marcado) hacia el burgués provinciano, el hombre de "toscas sensibilidades" y, sin duda podemos encontrar, como Sainte-Beuve lo hizo, que demasiado trabajo ha sido tomado para excluir de esta pequeña colección de seres humanos toda alma verdaderamente generosa, toda mente elevada. Sin duda, es una novela de misántropo. ¿Pero acaso la gente nunca se dará cuenta que la novela realista es la representación de la humanidad común, y que el alma generosa y la mente elevada son excepciones? ¿Acaso no es cierto que el promedio de la raza humana está compuesta por seres que no son generosos o villanos, sino de mente vulgar, egoísta, vanidosa, codiciosa u obsesionada? Ahora bien, si no existe una sola persona virtuosa, propiamente dicho, en "Madame Bovary", tampoco hay un pícaro, ni uno solo. Flaubert ni siquiera ha mostrado lo peor de sus personajes. No ha dicho nada de la hostilidad y furiosos odios que son tan comunes en los pueblos pequeños. A lo sumo, hay un poco de chismería. Algunos de sus personajes son simplones, el resto son casi simplones. Son egoístas o tontos, y eso es todo. ¿Es esto tan lejos de la media de la verdad, visto con los ojos de un misántropo? Flaubert era un misántropo, no porque consideraba malvados a los hombres, sino porque los consideraba tontos. Detestaba la estupidez humana, con execración y rabia. Lo exasperaba. Pero no tenía alguna fuerte creencia en la maldad de los hombres, y parece haberlo considerado insignificante. Esto seguramente no es misantropía feroz.

Y luego, desde otro punto de vista, el libro es un acto de reacción ardiente contra el Romanticismo. A menudo parece no ser más que un panfleto contra el Romanticismo, una orden elaborada en contra de su influencia. Los responsables de las transgresiones de Madame Bovary son Walter Scott, Byron, Lamartine, George Sand, discos y recuerdos; también lo es toda literatura de la imaginación y la sensibilidad. Otro de los libros de Flaubert se titula "La Educación sentimental"; esta podría llamarse "La educación romántica". Es extraño, y además abona al haber de ambos, que Flaubert y George Sand se hubieron hecho amigos con un afecto sincero, el uno por el otro, hacia el final de sus vidas. En un principio, Flaubert podría haber pasado por enemigo mortal de George Sand. Emma es la heroína de George Sand, privada de su poesía y lanzada hacia el ridículo. "¿Desea usted ver lo que la fundación de San Valentín, de Indiana, y de Lelia es? Aquí está: Emma Bovary," es lo que Flaubert parece estar diciendo en cada página de su novela.

La intención es inequívoca. En cada línea se encuentra escrito: "El burgués es un tonto, pero la mujer que tiene aspiraciones por la vida artística y que desea escapar de la vida burguesa, es la más tonta de todos." El dualismo eterno de Flaubert, que era uno de sus tormentos, uno de sus molestias, y sin embargo uno de los poderes, es evidente una vez más aquí. Había en él un romántico que encontró aburrida la realidad, y un realista que encontró el romanticismo vacío, un artista que considera grotesco al burgués, y un burguesía que consideraba pretenciosos a los artistas, y el conjunto estaba envuelta en un misántropo que considera ridículo al mundo. Si "Madame Bovary" es una gran obra maestra, es debido a que Flaubert puso todo de sí mismo en ella, y el libro fue escrito por un romántico que se deleita en ajustar las narices de los burgueses, y por un realista que analiza el cerebro de una de las heroínas de George Sand con el fin de mostrar en qué extravagancias sus ambiciones espirituales finalmente la condujeron. De ambos propósitos derivó un placer agudo, no exento del todo de crueldad. El haber encontrado un medio de dar rienda suelta a uno y al mismo tiempo de todo odio del romanticismo por la burguesía, y toda la amargura de la burguesía contra el romanticismo, contenía algo que podía saborear.

En cuanto a la moralidad de la obra, no diré nada al respecto. "Madame Bovary", puede ser mortal o saludable. Es muy fácil tomar a Emma a como modelo, diciéndose a sí mismo que nada es más simple que evitar los errores en la vida doméstica que es la única (y no su mal comportamiento moral) la que llevará a la muerte; entonces el libro será perfectamente corrupto. También es fácil creer, junto con el autor, que el desorden moral y material siempre están unidos entre sí, y, en asociación, siempre llevan a la ruina; entonces el libro será altamente moral. Tomando todo en consideración, solo de acuerdo con el espíritu con que es leído es que éste será bueno o malo, lo que equivale a decir que cada lector hará de él lo que él mismo es, y que en consecuencia el libro en sí mismo es indiferente. Si desea repetir una famosa frase que no es del todo correcta, el libro es tan moral como la experiencia. Sólo que la experiencia no es moral, ni tampoco es inmoral. No enseña el vicio, ya que el vicio rara vez tiene éxito. No enseña la virtud, puesto que la virtud no suele tener éxito tampoco. Si enseña un término medio, compuesto por la prudencia y el cuidado para evitar el exceso en todas las cosas, buenas o malas. Enseña orden, regularidad, rectitud, exactitud y visión de futuro, todas las calidades medias que no son virtudes. Todo libro realista, por su propia definición, si está bien escrito, enseñará esto y no otra cosa. "Madame Bovary" es un libro realista muy bien escrito.

5 comentarios:

  1. MUY BUEN COMENTARIO, LO FELICITO !!
    Francisco

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  2. Gracias, Francisco. Yo sólo soy el traductor. Faguet es el comentarista. Sin duda su vida ha sido provechosa.

    Saludos y suerte,

    Gonzalo Mariátegui

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  3. Muchas gracias por su buena ilustración. No conocía al señor Faguet. Marco Salerno.

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  4. Tengo la impresión que la literatura ha producido muchas figuras importantes y que injustamente pasan desapercibidas.

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  5. Coincido con usted. Por eso estamos a la búsqueda de gente de valor que han sido olvidados o que no les dan la importancia que se merecen.

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