VLADIMIR NABOKOV, destacado escritor de origen ruso -nacionalizado estadounidense- falleció en Suiza en 1977, a los 78 años de edad, dejando a su esposa 138 tarjetas de apuntes a lápiz , las mismas que debían servir al escritor para el desarrollo de su novela aún inconclusa y que pretendía titular “Laura”.
Nabokov estaba consciente de su deteriorado estado de salud y que el tiempo de vida que le quedaba podía acortarse e impedirle concluir la novela. Ante esta posibilidad instruyó a su esposa Véra que, a su deceso, las tarjetas fueran incineradas, evitando de esta manera que se diera a conocer su contenido.
La familia de Nabokov, sin embargo, no cumplió con su última voluntad literaria y durante 30 años mantuvo inédito el contenido de las tarjetas hasta que las razones esgrimidas por las editoriales internacionales pudieron más y lograron convencer al hijo y heredero, Dimitri Nabokov, que retirara de un banco suizo las tarjetas y las entregara para su publicación.
Con el pretexto que era conveniente dar a conocer al lector la forma que Nabokov “trabajaba y ordenaba sus geniales ideas” todos los involucrados en este caso han terminado encogiéndose de hombros ante la expresa voluntad del autor. Han mostrado la cocina que Nabokov tanto quiso ocultar.
De esta manera el mundo literario está en proceso de verse inundado por la publicación de lo que las editoriales han titulado “El original de Laura”. Título incompleto, engañoso y que induce a error, porque el proyecto quedó inconcluso, posiblemente en sus inicios, y por tanto no es ni siquiera la primera versión de una novela. 138 tarjetas no contienen el texto de una novela de la extensión que Nabokov acostumbraba escribir. En todo caso la publicación ha debido llamarse “Apuntes para la novela Laura”.
Un genio literario como Vladimir Nabokov, autor de la novela clásica "Lolita", era por excelencia un artista cuidadoso que jamás daría a conocer su obra hasta que esta no estuviera concluida a su entera satisfacción.
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