9 de noviembre de 2009

ERNEST HEMINGWAY - DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1954





En ausencia de una aceptable versión en español del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura de 1954 que Ernest Hemingway (1899 - 1961) hizo pronunciar en Estocolmo por intermedio del Embajador de los Estados Unidos en Suecia, debido a que en ese momento se encontraba en Cuba convaleciente, hemos solicitado a Gonzalo Mariátegui que prepare una traducción que refleja el sentir del autor de "El viejo y el mar" y de tantas novelas y memorables cuentos.


" Carente de toda habilidad para pronunciar discursos y sin ningún dominio de la oratoria o la retórica, agradezco a los administradores de la generosidad de Alfred Nobel por este Premio.

Ningún escritor que conoce los grandes escritores que no recibieron el Premio puede aceptarlo a no ser con humildad. No es necesario hacer una lista de estos escritores. Todos los aquí presentes pueden hacer su propia lista de acuerdo a su conocimiento y conciencia.

Me resultaría imposible pedir al Embajador de mi país que lea un discurso en el cual un escritor diga todas las cosas que están en su corazón. Las cosas que un hombre escribe pueden no ser inmediatamente perceptibles, y en esto algunas veces es afortunado; pero eventualmente se vuelven claras y por estas y por el grado de alquimia que posea, perdurará o será olvidado.

Escribir al mejor nivel, es una vida solitaria. Organizaciones para escritores mitigan la soledad del escritor, pero dudo que mejoren su escritura. Crece en estatura pública a medida que se despoja de su soledad y a menudo su trabajo se deteriora. Debido a que realiza su trabajo en soledad y si es un escritor suficientemente bueno cada día deberá enfrentarse a la eternidad o a su ausencia.

Cada libro, para un escritor auténtico, deberá ser un nuevo comienzo donde intentará nuevamente alcanzar algo que está más allá de su alcance. Siempre deberá intentar lograr algo que nunca ha sido hecho o que otros han intentado y han fracasado. Entonces algunas veces -con gran suerte- tendrá éxito.

Cuán fácil resultaría escribir literatura si tan sólo fuera necesario escribir de otra manera lo que ya ha sido bien escrito. Debido a que hemos tenido tantos buenos escritores en el pasado es que un escritor se ve forzado a ir más allá de sus límites, allá donde nadie puede ayudarlo.

Como escritor he hablado demasiado. Un escritor debe escribir lo que tiene que decir y no decirlo. Nuevamente les agradezco."



2 comentarios:

  1. estimado señor Mariátegui:
    Muy de acuerdo con su artículo, al igual que usted soy un fanático de Hemingway.
    Le doy un alcance: la anécdota del fabuloso escritor Swift:
    "En una ocasión el escritor Jonathan Swift decidió darse un paseo a caballo, de modo que le pidió a su criado que le llevara las botas de montar. Cuando vió aparecer al sirviente con ellas completamente sucias, le regañó, advirtiéndole que en otra ocasión las limpiara antes de traérselas. -Señor-se disculpó el muchacho-pensé que, como se iban a manchar de nuevo, no merecía la pena tomarse el cuidado. Ahí quedó la cosa por el momento. El genial escritor montó en su caballo y advirtióal mozo de que no volvería hasta la noche. -Amo, os olvidáis de dejar la llave de la despensa...-Para qué la queréis?-Para preparar el almuerzo-No hará falta, ¿para qué queréis almorzar? Después de todo, dentro de unas horas querréis comer de nuevo"
    Me gustaría su fina apreciación.
    El Corsario

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  2. Sólo tengo palabras de admiración para el autor de "Los viajes de Gulliver". No conocía la anécdota que usted refiere, pero es muy propia de él. Su ironía es excepcional, comparable con Oscar Wilde, otro irlandés y también estudiante del Trinity College. Saludos,
    Gonzalo Mariátegui

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