Jaime Bayly en la presentación de su novela.
El jueves 22 de julio de 2010 en Lima, Perú, en el otrora Parque de Matamulas ( ahora: Parque de los Próceres), el afamado escritor peruano Jaime Bayly, presentó su última novela: Morirás mañana, la primera entrega de una trilogía que ha prometido completar en los próximos años.
Los periódicos han reportado que más de un millar de personas concurrió al evento y que, al final del mismo, Bayly dedicó dos horas a la agotadora tarea de firmar doscientos cincuenta ejemplares. Por tanto es probable que esa noche haya vendido unos cincuenta ejemplares adicionales a lectores que no quisieron hacer la larga cola para obtener su autógrafo. Es decir unos magníficos y muy probables trescientos ejemplares.
Al final de cada copia de Morirás mañana figura que el tiraje de la primera edición es de siete mil ejemplares, los cuales sin duda se venderán pronto. La pregunta que ahora flota en el ambiente literario es: ¿A cuánto asciende el tiraje de la edición pirata que desde el jueves 15 último está en venta en las calles de Lima?
Si algo en el Perú funciona con celeridad y eficiencia, eso es la pirateria de discos, películas, software y libros. No creo exagerar cuando afirmo que primero desaparecerá el terrorismo en el Perú antes que la piratería de libros.
Luego de ponerme mi sombrero Sherlock Holmes, reflexiono y llego a conclusiones elementales: 1) Solo hay un jefe de la piratería de libros en Lima que financia tantas variopintas ediciones, desde libros de autoayuda a novelas de Bayly; 2) De existir más de uno habría competencia de precios en el mercado negro y eso ya no es rentable, salvo para los compradores: desde los perdedores consuetudinarios hasta los estudiantes de literatura; y 3) Es cuestión de encargar a la policía que siga a una docena de vendedores piratas durante un mes y uno o más no tardará en conducirlos al capo de capos y a la imprenta de los "apestosos huevos de oro" así como al depósito (a la espúrea Biblioteca de Alejandría).
Pero volviendo a Morirás manana de Jaime Bayly pregunto lo que a nadie se le ha ocurrido preguntar: ¿De dónde proviene el nombre de la novela? Todos coincidirán que el origen está en la fértil imaginación de Bayly; yo, sin embargo, propongo que lo ha tomado de la primera estrofa del soneto "A una rosa" de Luis de Góngora y Argote (11 de julio de 1561 – 23 de mayo de 1627) insigne poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, cuya obra se caracteriza por su oscuridad, su ambigüedad. ¿Acaso la vida de Bayly no es oscura y ambigua? Claro que lo es. No dudo que se me criticará por aventurar tan "descabellada" teoría. No importa. Cada uno con lo suyo. Pero es indudable que Bayly posee un amplio vocabulario, las más de las veces ambiguo, cuando no oscuro, envidia de muchos y propiedad de pocos.
Luis de Góngora y Argote
A una rosa
Ayer naciste y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lucida,
y para no ser nada estás lozana?
Si te engañó su hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.
Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.
No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.
¿Qué les pareció? La decisión es de cada uno. Sería interesante que Jaime Bayly aclare el asunto. Desde Sietejeringas ofrecemos esta columna tanto a él como a ustedes para pronunciarse.
Ahora, volviendo a Morirás mañana, encuentro que tiene altos y bajos, puntos muertos y repeticiones y, muchas veces, groserías totalmente innecesarias. Aclaro que no me enrojecen las lisuras en la literatura. Las he usado en mis propias novelas, pero estimo que todo tiene su cuota: enough is enough, Mr. Bayly. You don´t need it.
Con Morirás mañana Jaime Bayly ha ganado la puesta de mano a todos los escritores peruanos que en nuestro inventario de libros por escribir nos proponíamos narrar sobre los canallas que dominan la difusión de la literatura peruana, haciéndola el feudo exclusivo de unos cuantos perversos que se quemarán en el infierno de Dante, y eso no es ninguna comedia.
Si el lector logra pasar el primer capítulo de Morirás mañana: pesado, reiterativo y aburrido, a partir del segundo pasará a deleitarse con la fecunda imaginación de Bayly que a traves de su personaje prinicipal, Javier Garcés, se encarga de dar muerte a todos las amebas que le han amargado su vida de escritor, la de Garcés, por supuesto. Garcés no es un solo escritor. Garcés es todos y cada uno de los escritores peruanos que padecemos a manos de cagatintas que envidian a todo el que tenga talento y encaramados en poderosos periódicos están dedicados a destruir a los prójimos y favorecer a los de su mismo pelaje a través del mutuo bombo: "Tú dices que yo soy lo máximo y yo diré que tú también eres lo máximo". Esa es la fórmula. Eso sí, nadie, pero nadie que no pertenezca a la hermandad se le deberá permitir pasar.
Lamentablemente Javier Garcés no ha terminado la obra exterminadora en la primera novela. Es decir, deja muchos cabrones (se me pegó la palabra de Bayly) vivos y coleando. Mejor sería que la segunda y tercera novela de la trilogía fuera dedicada a exterminar a estos perversos. La verdad, Jaime, es que la joven llamada Alma Rossi ya no da para mucho.
Finalmente, felicitaciones a Jaime Bayly por los diálogos. Son cortos, directos e incisivos. Su novela es entretenida, la recomendamos.