25 de julio de 2010

DESCIFRANDO "MORIRÁS MAÑANA" DE JAIME BAYLY

                                                                 
Jaime Bayly en la presentación de su novela.


Los fanáticos lectores de Jaime Bayly                                                    

El jueves 22 de julio de 2010 en Lima, Perú, en el otrora Parque de Matamulas ( ahora: Parque de los Próceres), el afamado escritor peruano Jaime Bayly, presentó su última novela: Morirás mañana, la primera entrega de una trilogía que ha prometido completar en los próximos años.

Los periódicos han reportado que más de un millar de personas concurrió al evento y que, al final del mismo, Bayly dedicó dos horas a la agotadora tarea de firmar doscientos cincuenta ejemplares. Por tanto es probable que esa noche haya vendido unos cincuenta ejemplares adicionales a lectores que no quisieron hacer la larga cola para obtener su autógrafo. Es decir unos magníficos y muy probables trescientos ejemplares. 

Al final de cada copia de Morirás mañana figura que el tiraje de la primera edición es de siete mil ejemplares, los cuales sin duda se venderán pronto. La pregunta que ahora flota en el ambiente literario es: ¿A cuánto asciende el tiraje de la edición pirata que desde el jueves 15 último está en venta en las calles de Lima?

Si algo en el Perú funciona con celeridad y eficiencia, eso es la pirateria de discos, películas, software y libros. No creo exagerar cuando afirmo que primero desaparecerá el terrorismo en el Perú antes que la piratería de libros. 

Luego de ponerme mi sombrero Sherlock Holmes, reflexiono y llego a conclusiones elementales: 1) Solo hay un jefe de la piratería de libros en Lima que financia tantas variopintas ediciones, desde libros de autoayuda a novelas de Bayly; 2) De existir más de uno habría competencia de precios en el mercado negro y eso ya no es rentable, salvo para los compradores: desde los perdedores consuetudinarios hasta los estudiantes de literatura; y 3) Es cuestión de encargar a la policía que siga a una docena de vendedores piratas durante un mes y uno o más no tardará en conducirlos al capo de capos y a la imprenta de los "apestosos huevos de oro" así como al depósito (a la espúrea Biblioteca de Alejandría). 

Pero volviendo a Morirás manana de Jaime Bayly pregunto lo que a nadie se le ha ocurrido preguntar: ¿De dónde proviene el nombre de la novela? Todos coincidirán que el origen está en la fértil imaginación de Bayly; yo, sin embargo, propongo que lo ha tomado de la primera estrofa del soneto "A una rosa" de Luis de Góngora y Argote (11 de julio de 1561 – 23 de mayo de 1627) insigne poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, cuya obra se caracteriza por su oscuridad, su ambigüedad. ¿Acaso la vida de Bayly no es oscura y ambigua? Claro que lo es. No dudo que se me criticará por aventurar tan "descabellada" teoría. No importa. Cada uno con lo suyo. Pero es indudable que Bayly posee un amplio vocabulario, las más de las veces ambiguo, cuando no oscuro, envidia de muchos y propiedad de pocos.
                                                                                                            
Luis de Góngora y Argote                                                 
                                                      
                                              

                                                             A una rosa



Ayer naciste y morirás mañana.

Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?

¿Para vivir tan poco estás lucida,

y para no ser nada estás lozana?

Si te engañó su hermosura vana,

bien presto la verás desvanecida,

porque en tu hermosura está escondida

la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,

ley de la agricultura permitida,

grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;

dilata tu nacer para tu vida,

que anticipas tu ser para tu muerte.



¿Qué les pareció? La decisión es de cada uno. Sería interesante que Jaime Bayly aclare el asunto. Desde Sietejeringas ofrecemos esta columna tanto a él como a ustedes para pronunciarse.
Ahora, volviendo a Morirás mañana, encuentro que tiene altos y bajos, puntos muertos y repeticiones y, muchas veces, groserías totalmente innecesarias. Aclaro que no me enrojecen las lisuras en la literatura. Las he usado en mis propias novelas, pero estimo que todo tiene su cuota: enough is enough, Mr. Bayly. You don´t need it.

Con Morirás mañana Jaime Bayly ha ganado la puesta de mano a todos los escritores peruanos que en nuestro inventario de libros por escribir nos proponíamos narrar sobre los canallas que dominan la difusión de la literatura peruana, haciéndola el feudo exclusivo de unos cuantos perversos que se quemarán en el infierno de Dante, y eso no es ninguna comedia.

Si el lector logra pasar el primer capítulo de Morirás mañana: pesado, reiterativo y aburrido, a partir del segundo pasará a deleitarse con la fecunda imaginación de Bayly que a traves de su personaje prinicipal, Javier Garcés, se encarga de dar muerte a todos las amebas que le han amargado su vida de escritor, la de Garcés, por supuesto. Garcés no es un solo escritor. Garcés es todos y cada uno de los escritores peruanos que padecemos a manos de cagatintas que envidian a todo el que tenga talento y encaramados en poderosos periódicos están dedicados a destruir a los prójimos y favorecer a los de su mismo pelaje a través del mutuo bombo: "Tú dices que yo soy lo máximo y yo diré que tú también eres lo máximo". Esa es la fórmula. Eso sí, nadie, pero nadie que no pertenezca a la hermandad se le deberá permitir pasar.

Lamentablemente Javier Garcés no ha terminado la obra exterminadora en la primera novela. Es decir, deja muchos cabrones (se me pegó la palabra de Bayly) vivos y coleando. Mejor sería que la segunda y tercera novela de la trilogía fuera dedicada a exterminar a estos perversos. La verdad, Jaime, es que la joven llamada Alma Rossi ya no da para mucho.

Finalmente, felicitaciones a Jaime Bayly por los diálogos. Son cortos, directos e incisivos. Su novela es entretenida, la recomendamos.

4 de julio de 2010

ROBERTO BOLAÑO: CONSEJOS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS



ROBERTO BOLAÑO (Santiago de Chile, 28 de abril de 1953 - Barcelona, 15 de julio de 2003 ) escritor chileno, desaparecido a temprana edad. Tuvo una amplia producción literaria y post portem ha sido considerado una de los narradores sudamericanos más importantes del siglo XX.

En los consejos 4.- y 5.- que reproducimos a continuación, manifiesta una abierta aversión a Cela y Umbral. Lo que no sabemos es si esta aversión se limitaba a lo literario o tenía su origen en lo personal. El tiempo lo dirá.

Los consejos 9.- y 10.- demuestran una enorme admiración por Edgar Allan Poe. Coincidimos con Bolaño que Poe fue un notable escritor, pero también resaltamos el asombroso parecido físico entre Poe y Bolaño en los últimos años de su vida. Bolaño murió de insuficiencia hepática a los cincuenta años y Poe fallece a los cuarenta años a consecuencia de una vida disipada, especialmente debido al alcoholismo. Nótese en el pie de esta entradas las fotos que revelan el parecido físico entre ambos escritores en los últimos años de sus vidas, a causa de sus dolencias.     


                                                                             
Roberto Bolaño frente a su computadora, arrinconado por la materia prima de los escritores: papel.



  CONSEJOS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS



Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos. 

1. Nunca abordes los cuentos de uno en uno. Honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte. 

2. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. 


Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince. 


3. Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes. 

4. Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral. 

5. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura. 


6. Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así. 

7. Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. 


Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval! 

8. Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges. 

9. La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra. 

10. Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas. 

11.Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas. 

12. Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.

Roberto Bolaño