"La virgen del choclo" de Armando Villegas.
Gonzalo Mariátegui y Armando Villegas.
Armando Villegas con caja.
Armando Villegas y Gonzalo Mariátegui en amena conversación.
El Maestro Villegas busca y Tere posa para foto.
Tere Ortecho, Sonia de Villegas, Armando Villegas y Gonzalo Mariátegui en la puerta de la casa taller.
Al pie de uno de los cerros de la ciudad de Bogotá, Colombia, en una hermosa residencia vive un inca peruano cuyo nombre español es Armando Villegas. Este destacado pintor, peruano-colombiano, es originario de las agrestes y bellas alturas de Ancash. Hace ya muchas décadas vino a Lima a estudiar en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes donde, cual enorme Quijote, fue armado artista pintor.
Luego de su graduación, el joven artista viajó becado a Colombia para perfeccionar sus conocimientos de pintura para luego regresar a su país de origen. Sin embargo, la belleza de Colombia, la simpatía de su gente y el entusiasmo con que su obra fue recibida en el medio artístico, pronto lo hizo uno de ellos, llegando a figurar junto a los artistas más destacados de la plástica colombiana, posición que continua manteniendo durante más de cinco décadas.
No exagero cuando afirmo que Armando Villegas es un notable pintor de nivel mundial. Eso lo saben nuestros lectores. Pero como en Siete Jeringas nos gusta dar a conocer lo que es poco conocido, nos permitiremos relatar una vivencia personal de Gonzalo Mariátegui.
Resulta que allá por el año 2008, nuestro director, Gonzalo Mariátegui, viajó a Bogotá a presentar su novela “La virtud de Alexandra”, evento que se realizó en el prestigioso Centro Cultural Andrés Bello con una nutrida y entusiasta concurrencia. Esa noche fue engalanada de manera especial con la presencia del Maestro Villegas y su distinguida esposa, la señora Sonia.
Horas antes, Gonzalo había tenido el enorme honor de ser invitado a almorzar a la casa-taller de los Villegas en compañía de su pareja, Teresa Ortecho, y su buena amiga, Luz Dari Romero, bogotana que estaba deseosa de conocer al maestro pintor.
Pero volvamos a lo poco conocido. Resulta que don Armando con enorme orgullo, mayor aun a ser premiado en una bienal de arte, nos informó que en su jardín crecía un lúcumo peruano y que puntualmente daba fruto, de igual calidad a la que se cosecha en el Perú. Esta revelación causó enorme sorpresa entre sus invitados pues la lúcuma, manjar que aún no ha sido divulgado debidamente en el mundo, por razones climáticas sólo crece en Perú y en Chile. Sin embargo, La persistencia y amor de Armando Villegas -el último de los Incas- por la Pachamama (“Madre Tierra”) había logrado que el lúcumo plantado en su jardín (junto a la ventana de su dormitorio) dé fruto cual tributo al extraordinario pintor.
Antes que los huéspedes se retiraran de la casa, el Maestro Villegas los hizo pasar al jardín donde pudieron observar al árbol del lúcumo en flor y una vez más comprobaron que: para el amor todo es posible.
¡Qué suerte la de poder visitar la casa del insigne pintor Villegas! Gracias por las magníficas fotos que nos permiten compartir tan estupenda ocasión.
ResponderEliminarTodavía recordamos aquella maravillosa ocasión.
ResponderEliminarSaludos y suerte
QUE GENTE PA' BONITA !
ResponderEliminarPOR QUE NO SE DA UN VUELTICA POR BOGOTA, TAL VEZ USTED PUEDA ESPONER CON EL MAESTRO VILLEGAS, SERIA UNA DUPLA FANTASTICA! ES USTED TAN TALENTOSO COMO EL GRAN MAESTRO VILLEGAS!!
SALUDOS,
EMILIO
BOGOTA-COLOMBIA
Estimado Emilio,
ResponderEliminarNo tengo el gusto de conocerlo personalmente, pero agradezco sus cálidas palabras, propias de un hermano.Estoy muy lejos de la calidad artística del maestro Villegas. De todas maneras muchas gracias por sus exagerados conceptos: alegran el loquito que todos llevamos escondido.
Saludos y suerte,
Gonzalo
hola que tal!
ResponderEliminartengo una obra que se supone es del maestro villegas, como hago para saber si es de el??? si tienen el dato porfa escribanme al correo joycetatis@hotmail.com