30 de noviembre de 2009

ÁNGEL CHÁVEZ - UN MAESTRO PINTOR OLVIDADO

Apunte de Alonso Núñez Rebaza para el diario El Comercio (22-03-1995)



Hay personas que son más difíciles de olvidar que otras. Nos referimos a la gente buena, a la gente sencilla, a la gente auténtica, a la gente que luchó toda su vida por sacar adelante a su familia, a la gente que desarrolló sin flaquear -contra todas las adversidades- su talento artístico. En este caso nos referimos a Ángel Chávez López (1929 - 1995).


¿Hasta cuándo va a permanecer en el olvido este gran pintor peruano? ¿Cuándo van a realizar la muestra restrospectiva que su magnífica obra pictórica merece?


Silencio.




¡Vergüenza a todos!

25 de noviembre de 2009

EL CENTENARIO DE MARÍA ROSA MACEDO


Retrato de Coco Macedo- pintado por Enrique Camino Brent (1931). Óleo sobre lienzo 156 x 138 cm. Colección privada.  




Ayer, 24 de noviembre de 2009, en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) se realizó un conversatorio sobre la obra de la escritora peruana MARÍA ROSA MACEDO con motivo del centenario de su nacimiento.


El evento se realizó en el teatro del Centro Cultural con una enorme concurrencia de destacados artistas e intelectuales como pocas veces se ha visto en la vida cultural limeña. 


Estuvieron en la mesa de honor José Antonio Bravo, Fernando Carvallo, Ricardo González Vigil y Mariana Libertad Suárez. Como moderador participó Alfredo Bryce Echenique.



María Rosa Macedo -quien estuvo casada con el notable pintor indigenista Enrique Camino Brent- fue por propio derecho una de las figuras más detacadas de la literatura peruana del siglo XX, al margen de consideraciones de género. Escribió cuentos, novelas y artículos periodísticos. 


Por falta de difusión su obra es casi desconocida por las nuevas generaciones. Sin embargo, el gran novelista, José Antonio Bravo -quien hizo un interesantísimo análisis de las calidades literarias de María Rosa Macedo- lanzó el reto a las autoridades de la Universidad Católica, ahí presentes, para que prontamente editen la obra de la escritora homenajeada. Es posible que dicha institución acoja la sugerencia y muy pronto veamos en las librerías del país la valiosa producción de quien, además de su valer literario, fue una exquisita dama.




                                                                   

19 de noviembre de 2009

JAIME BAYLY - VESTI LA GIUBBA














Cada vez que leo la columna de Jaime Bayly en el diario Perú 21 los días lunes, y admito que la leo a primera hora todos los lunes, así como cuando observo su programa televisivo El Francotirador en Frecuencia Latina los domingos por la noche, y reconozco que veo el programa casi todos los domingos, termino concluyendo que Bayly es un camaleón, un singular camaleón.

Es frívolo cuando quiere serlo, es serio cuando la circunstancia lo requiere, es un inquisidor español cuando interroga. Es un caballero de la mesa redonda cuando se trata de proteger a los débiles, especialmente a los niños. También puede ser burlesco, irónico o destructivo; contra uno, contra todos, incluso contra si mismo. 

Si le buscamos parecido a alguien debemos concluir que es una variación de Pedro el lobo, pues proclama a los cuatro vientos que es bisexual, que es gay. Mucha gente, sin embargo, no se lo cree. “¡Bah! Es un invento de Bayly para aumentar su rating”. Para estos, Jaime Bayly es un heterosexual escondido en el armario que finge ser bisexual. 

Y así, echando capa sobre capa de ambigüedades sobre su persona, Jaime Bayly ha logrado su propósito: se ha convertido en un enigma.

“Will the real Mr. Bayly please stand up!”

Permanezcan tranquilos, amigos. La espera puede durar mucho tiempo y quizá Bayly se lleve el secreto al otro barrio, con su risa socarrona. ¿Es que se requerirá de una piedra de Rosetta para descifrarlo?

No cabe duda que se trata de una persona lista, sagaz, astuta, que tiene la capacidad, poca común, de reinventarse tantas veces lo requieran las circunstancias. Él sabe lo que el público quiere y está dispuesto a dárselo. No importa el esfuerzo. 

Prueba de su habilidad de mago es que lleva veintiséis años en la televisión y no hay visos de fatiga televisiva y menos señales de su retiro definitivo. Esa es la información visible, la que todos dicen conocer. Ahora, viene lo difícil, las preguntas aún sin contestar: 

¿Qué ambiciona Jaime Bayly para sí? ¿Está contento con lo que tiene? 

El público ríe, Bayly los hace olvidar sus problemas. Pero, ¿alguien se pregunta qué queda de todo esto para él? El público responde: eso no importa; él es así; es muy gracioso; le gusta hacer reír. Y concluyen que Jaime Bayly lleva una vida macanuda: viaja continuamente, vive en hoteles de cinco estrellas, es reconocido por la gente en la calle. Ergo, ¡Jaime Bayly es un suertudo!

Yo también pensaba así. Pero desde hace algún tiempo vengo leyendo con más detenimiento sus crónicas, escucho con más atención sus declaraciones sobre si mismo y de pronto creo entender todo. Se me viene a la mente el aria Vesti la giubba (“ponte el disfraz”), de la opera Pagliacci de Ruggiero Leoncavallo.

En aquel aria el payaso canta su lamento: la bella Colombina prefiere al Arlequín en vez de él y él deberá salir a escena a hacer reír al público porque para eso han pagado y él deberá esconder su tristeza.

¿Es que cada uno de los personajes de la ópera es una parte de la existencia de Bayly? 

Así, la bella Colombina es la vida de escritor a tiempo completo que Jaime Bayly anhela más que nada en el mundo; es la dorada posibilidad de escribir la gran novela latinoamericana que dejará atrás a Rulfo y García Márquez. Condiciones tiene y él lo sabe. También Colombina es Buenos Aires, la ciudad que ama, el lugar en que quisiera residir los años que le queden de vida. Desde aquí le deseamos muchos.

De otro lado, Arlequín es la cruel realidad que le impide abrazar a Colombina; es el infranqueable muro que le imposibilita estar más tiempo con sus hijas; es el negrero que lo tiene atado al remo de la televisión; el imbécil que día tras día le distrae la atención en asuntos banales para que cada noche sea gracioso, entretenido; el perverso que cada día le concede menos tiempo para que escriba, para que esté con sus amistades, con la gente que ama. 

Y, finalmente, está Pagliacci, el payaso que debido a las privaciones que Arlequín - la vida, señor Bayly- le impone, noche tras noche lo obliga a usted a vestir el disfraz (Vesti la Giubba), con una sonrisa que esconde su enorme tristeza que no es más grande ni más chica que la de todos los payasos que lo observamos del otro lado del tubo. Dios lo bendiga, señor Bayly.



VESTI LA GIUBBA
(original en italiano)


Recitar! Mentre preso dal delirio,
non so più quel che dico,
e quel che faccio!
Eppur è d'uopo, sforzati!
Bah! sei tu forse un uom?
Tu se' Pagliaccio!


Vesti la giubba,
e la faccia infarina.
La gente paga, e rider vuole qua.
E se Arlecchin t'invola Colombina,
ridi, Pagliaccio, e ognun applaudirà!
Tramuta in lazzi lo spasmo ed il pianto
in una smorfia il singhiozzo e 'l dolor, Ah!


Ridi, Pagliaccio,
sul tuo amore infranto!
Ridi del duol, che t'avvelena il cor!


(Traducción al español)


¡Actuar! ¡Mientras preso del delirio,
no sé ya lo que digo
ni lo que hago!
Y sin embargo, es necesario... ¡esfuérzate!
¡Bah! ¿Acaso eres tú un hombre?
¡Tú eres payaso!


Ponte el traje
y la cara en harina.
La gente paga y aquí quiere reír,
y si Arlequín te birla a Colombina,
ríe, Payaso, y todos te aplaudirán!
Muda en pantomimas la congoja y el llanto;
en una mueca los sollozos y el dolor. ¡Ah!


¡Ríe, Payaso,
sobre tu amor despedazado!
¡Ríe del dolor que te envenena el corazón!


16 de noviembre de 2009

DIEZ GRABADOS ARTÍSTICOS DE GONZALO MARIÁTEGUI



 
  NINFAS PRIMAVERALES - serigrafía                                                                                            




MEDITACIÓN MUSICAL - litografía y serigrafía





MISIÓN DE PAZ - serigrafía




DALE QUE LE DAS - serigrafía





ATARDECER - serigrafía




RETRATO DE DONCELLA - litografía




EVA - serigrafía




LA ARQUERA - serigrafía




FIGURA NOCTURNA - litografía




LA NOVIA - serigrafía

15 de noviembre de 2009

CÉSAR VALLEJO - ESPAÑA APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ



Hoy es 15 de noviembre y cumpliendo nuestro ofrecimiento de dedicar el día 15 de cada mes un post a un poeta entregamos el poema "España, aparte de mí este cáliz" del vate peruano, César Vallejo (1892 -1938).


Aprovechamos la ocasión para adjuntar la imagen de un grabado (prueba de artista) que el artista peruano Gastón Garreaud (1934-2005), realizó del poeta de Santiago de Chuco, producto de su imaginación que es donde se aloja el verdadero talento.




ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ


Niños del mundo,
si cae España -digo, es un decir-
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra maestra con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae -digo, es un decir- si cae
España, de la tierra para abajo,
niños, ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que esta
con su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera hablando y habla y habla,
la calavera, aquélla de la trenza,
la calavera , aquélla de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aún
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae -digo, es un decir-
salid, niños del mundo; id a buscarla!..


.

CHARLIE CHAPLIN POR LAS CALLES DE LIMA







En una noche de primavera Charlie Chaplin fue detectado y atrapado por nuestra asidua lectora, Teresa Ortecho, quien lo detuvo hasta que nuestros equipos de camara llegaran al Parque Kennedy en el Distrito de Miraflores.


La sonrisa que Charlot luce en la foto parece decirnos que está muy contento en Lima, cuando menos con Tere. Luego de la foto se escapó entre la multitud para regresar a la década de 1920 donde lo espera El Pibe. 


A pesar de los repetidos intentos de nuestro equipo técnico sólo se pudo revelar una foto, la misma que misteriosamente apareció en color sepia...



13 de noviembre de 2009

LA FONTANA DI SAN ISIDRO



   
 Ilaria - Paseo Parodi  en San Isidro, Lima, Perú                                                                                         




 Mannekin Pis - cerca de la Plaza Mayor de Bruselas, Bélgica





En la esquina de Paseo Parodi con Avenida Javier Prado Este, distrito de San Isidro, provincia y departamento de Lima, república de Perú, se yergue uno de los monumentos más feos de este hermoso país.

Se trata de una fontana (de alguna manera tendremos que calificarla) que afea el distrito residencial y comercial más importante de la capital. Actualmente por sus tres orificios no emana agua. Supongo que en la muy próximo estación estival volveremos a observar con pena la exigua salida del líquido elemento que, a juzgar por años pasados, su caudal más semejará al de tres viejos cistíticos que al vigoroso chorro del Manneken Pis de Bruselas. 

La fontana de marras fue inaugurada siendo alcalde don Jorge Salmón, pretendiente según se rumorea a una reelección municipal. La donante del armatoste tuvo la gentileza de cederle su nombre, pues el aparato se llama Ilaria. No conozco su apellido y creo que no viene al caso.

El próximo año se realizarán las elecciones municipales en el país. Desde ya auguro que muchísimos vecinos de San Isidro apoyarán al candidato que ofrezca retirar a Ilaria y esconderla para siempre jamás en algún recóndito y abandonado depósito municipal, o mejor, devolvérselo a la donante.



10 de noviembre de 2009

HONORÉ DE BALZAC Y EL SECRETO



Se cuenta que cierta noche el gran Honoré de Balzac se paseaba por una de las principales calles de Paris del brazo de una hermosa dama cuando de súbito un joven le cerró el pasó. 

El muchacho era aspirante a escritor y al reconocer al autor de La Comedia Humana advirtió que se le había presentado una oportunidad única. Con el corazón que se le salía por la boca, resultado de su enorme excitación, el extraño exclamó con todas sus fuerzas las palabras siguientes:

-- ¡Maestro, dame un tema y escribiré una gran novela!

Dicen que Balzac dirigió la mirada a la elegante dama, tal vez en busca de aprobación, y, luego, con calma contestó al joven:

-- Un hombre, una mujer y un gran amor.

-- ¿Y qué más?-- gritó el joven con desesperación.


Encogiendo los hombros, Balzac contestó:


-- ¡Qué más!

Seguidamente el maestro volvió a tomar del brazo a la dama y continuaron su paseo, dejando atrás a un joven desconcertado.



9 de noviembre de 2009

ERNEST HEMINGWAY - DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1954





En ausencia de una aceptable versión en español del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura de 1954 que Ernest Hemingway (1899 - 1961) hizo pronunciar en Estocolmo por intermedio del Embajador de los Estados Unidos en Suecia, debido a que en ese momento se encontraba en Cuba convaleciente, hemos solicitado a Gonzalo Mariátegui que prepare una traducción que refleja el sentir del autor de "El viejo y el mar" y de tantas novelas y memorables cuentos.


" Carente de toda habilidad para pronunciar discursos y sin ningún dominio de la oratoria o la retórica, agradezco a los administradores de la generosidad de Alfred Nobel por este Premio.

Ningún escritor que conoce los grandes escritores que no recibieron el Premio puede aceptarlo a no ser con humildad. No es necesario hacer una lista de estos escritores. Todos los aquí presentes pueden hacer su propia lista de acuerdo a su conocimiento y conciencia.

Me resultaría imposible pedir al Embajador de mi país que lea un discurso en el cual un escritor diga todas las cosas que están en su corazón. Las cosas que un hombre escribe pueden no ser inmediatamente perceptibles, y en esto algunas veces es afortunado; pero eventualmente se vuelven claras y por estas y por el grado de alquimia que posea, perdurará o será olvidado.

Escribir al mejor nivel, es una vida solitaria. Organizaciones para escritores mitigan la soledad del escritor, pero dudo que mejoren su escritura. Crece en estatura pública a medida que se despoja de su soledad y a menudo su trabajo se deteriora. Debido a que realiza su trabajo en soledad y si es un escritor suficientemente bueno cada día deberá enfrentarse a la eternidad o a su ausencia.

Cada libro, para un escritor auténtico, deberá ser un nuevo comienzo donde intentará nuevamente alcanzar algo que está más allá de su alcance. Siempre deberá intentar lograr algo que nunca ha sido hecho o que otros han intentado y han fracasado. Entonces algunas veces -con gran suerte- tendrá éxito.

Cuán fácil resultaría escribir literatura si tan sólo fuera necesario escribir de otra manera lo que ya ha sido bien escrito. Debido a que hemos tenido tantos buenos escritores en el pasado es que un escritor se ve forzado a ir más allá de sus límites, allá donde nadie puede ayudarlo.

Como escritor he hablado demasiado. Un escritor debe escribir lo que tiene que decir y no decirlo. Nuevamente les agradezco."



PINTURA EN EL PERÚ - COLECTIVA DE MAESTROS 2009



Con el título "Colectiva de maestros 2009" la prestigiosa Galería y Consultoría de Arte Moll inaugura hoy una estupenda muestra de cuadros realizados en el Perú por pintores nacionales y extranjeros, algunos vivos y otros muertos.

El rol de artistas que participan en este importante evento está integrado por Bill Caro, Carlos E. Polanco, Carlos Revilla, Gam Klutier, Gerardo Chávez, Ricardo Flores, Sabino Springett y Víctor Humareda entre otros.

A continuación colgamos en nuestras paredes virtuales las imágenes de los cuadros que figuran en el elegante catálogo:





 CARLOS REVILLA. "VENUS METAFÍSICA". ÓLEO SOBRE TELA. 33 X 44 CM. 2009




RICARDO FLÓREZ. "UN RECUERDO DEL HUALLAGA". ÓLEO SOBRE TABLA 44 X 34 cm. 1957




GAM KLUTIER. S/TÍTULO. ACRÍLICO SOBRE TELA. 123 X 123 cm. 2003



CARLOS E. POLANCO. "PAISAJE LUNATICO". ÓLEO SOBRE TELA. 100 X 120 cm. 2009
  




SABINO SPRINGETT. "PAISAJE COSTEÑO". ACRÍLICO SOBRE TABLA. 35 X 44 cm. 1979





BILL CARO. "FACHADA". ACUARELA. 68 x 47 CM. 2009




Del 09 al 30 de noviembre del 2009


Av. Larco 1150, Miraflores


Lunes a sábado de 11 a.m. a 2 p.m. y de 3:30 p.m. a 8 p.m.


INGRESO LIBRE


SE RECOMIENDA VISITAR




7 de noviembre de 2009

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ - DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1982








Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. El Dorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la eterna juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.

La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.

Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.

De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.

No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.

América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.

No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.

Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.

En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía.

Muchas gracias.

3 de noviembre de 2009

ROBERTO BOLAÑO Y EL PLAGIO





Aquí consignamos la opinión del escritor chileno Roberto Bolaño (28 de abril de 1953 - 14 de de julio de 2003) sobre el plagio, entre las opiniones que sostenía respecto a la cocina literaria. El texto es tomado de: Clarín.com » Edición Domingo 25.03.2001 » Revista Ñ » Un narrador en la intimidad.


"... No sé lo que se debe hacer en una cocina literaria, pero sí sé lo que no se debe hacer. No se debe plagiar. El plagiario merece que lo cuelguen en la plaza pública. Esto lo dijo Swift, y Swift, como todos sabemos, tenía más razón que un santo.


Así que este punto queda claro: no se debe plagiar, a menos que desees que te cuelguen de la plaza pública. Aunque a los plagiarios, hoy en día, no los cuelgan. Por el contrario, reciben becas, premios, cargos públicos, y, en el mejor de los casos, se convierten en best-sellers y líderes de opinión. Qué término más extraño y feo: líder de opinión. Supongo que significará lo mismo que pastor de rebaño, o guía espiritual de los esclavos, o poeta nacional, o padre de la patria, o madre de la patria, o tío político de la patria..."